El juego comenzó inocentemente, pero no pudimos parar
334 100%
Era sólo un juego, o eso pensamos. Una sonrisa, una mirada que se atascó demasiado tiempo y mis dedos comenzaron a deslizarse con intención. Jugué con mi cuerpo frente a la cámara, tocando cada parte que sabía que lo haría querer más. Mi lengua se corría sobre mis labios mientras mis caderas se movían con un ritmo lento y provocador. La atmósfera estaba llena de suspiros suaves y gemidos, y cuando ya no había ningún control, el juego se convirtió en pura rendición.